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Primeros auxilios a personas que han sufrido de alguna quemadura

Las quemaduras son lesiones importantes que pueden causar daños en la piel. En todo caso, no te paralices ni te angusties ante una situación de esta magnitud ¿Qué debes hacer para dar los primeros auxilios de forma oportuna? Aquí te lo contamos.

Los accidentes pueden ocurrir en cualquier momento. Los más comunes están relacionados con elementos abrasivos y peligrosos para la piel.

La piel es conocida como el órgano más extenso que posee el ser humano. Su misión es proteger al cuerpo de los elementos externos y ayudar a regular la temperatura, entre otras funciones. Por estar expuesta constantemente, puede verse afectada por el calor extremo, la electricidad, las radiaciones, el frío, los productos químicos y el fuego, lo que puede causar quemaduras.

Las quemaduras se producen cuando la piel es sometida a ciertos elementos que sobrepasan los 36° C, que es la temperatura regular del cuerpo. Se clasifican en graves y leves dependiendo de la capa de la dermis que se haya visto afectada. Veamos cómo atenderlas correctamente.

¿Cuáles son los primeros auxilios que se aplican según el tipo de quemadura?

Las quemaduras pueden ser muy dolorosas y su clasificación dependerá de la profundidad y área que abarquen. No obstante, es imprescindible atenderlas a tiempo para evitar daños mayores.

Tipos de quemaduras y cómo atenderlas

De primer grado: son aquellas que causan daños en la superficie de la piel y puedes identificarlas porque al verlas notarás que el área comprometida se enrojece ligeramente. Por lo general, este tipo de quemaduras se dan por la exposición excesiva al sol, al tener contacto con agua, una superficie o cualquier objeto calientes, entre otros agentes; incluso tocar durante cierto rato algo muy frío puede también ocasionar una quemada.

Los primeros auxilios que se deben aplicar en estos casos son: lavar el área afectada con agua fría, no helada, con la finalidad de eliminar cualquier residuo o bacteria que pueda comprometer la integridad de la piel. Posteriormente, colocar un vendaje estéril evitando friccionar o apretar la lesión.

De segundo grado: Son lesiones más profundas que las antes mencionadas y se caracterizan por la aparición de ampollas (pequeñas pápulas llenas de líquido), lo cual es una reacción natural del cuerpo para crear las condiciones necesarias para la cicatrización. El dolor que producen estas quemaduras es más elevado, puesto que afectan a las dos primeras capas de la piel, la dermis y la epidermis, haciendo más incómodo el proceso de curación.

Ante una quemadura de segundo grado, se debe lavar el área afectada suavemente sin romper las ampollas, es recomendable usar agua esterilizada y jabón. En el caso de que tengas a mano una crema antibacteriana, puedes aplicarla (siempre que el afectado no sea alérgico a sus componentes), para posteriormente cubrir con un apósito o gasa esterilizada.

Se debe asistir inmediatamente al especialista, siempre que la extensión quemada supere  el radio de la palma de la mano, para que evalúe la herida y determine el tratamiento adecuado. Por ningún motivo debes aplicar pasta dentífrica, ungüentos mentolados o cualquier producto abrasivo que pueda agravar la quemadura.

De tercer grado o de espesor total: Se trata de lesiones graves que pueden destruir por completo el tejido que compone la piel. Se caracterizan porque a simple vista se puede notar que la piel ha cedido y hasta es posible observar tejidos internos. Además, la extensión afectada se adormece.

En este caso, hay que solicitar rápidamente atención médica. Dependiendo de la magnitud, se puede lavar el área quemada con agua hervida, preferiblemente que esté a temperatura ambiente y sin usar jabón. A continuación, se debe cubrir con gasa estéril, y esperar la ayuda profesional o ir a un hospital.

Cuando haya una quemadura de tercer grado, es indispensable evitar arrancar la ropa si esta se ha adherido a la piel. Tampoco se deben colocar remedios caseros sobre la lesión, puesto que esto puede entorpecer la recuperación o causar alguna infección.

En cualquier caso, si tú o alguien que se encuentre a tu alrededor sufre una quemadura, lo indispensable es mantener la calma para dar los pasos correctos y no agravar la situación.

Si ha ocurrido un incendio o una explosión, puedes solicitar nuestros servicios de limpieza de incendios y enseguida te atenderemos. El peligro no termina una vez sofocado el fuego. Los efectos que producen el humo y el hollín pueden comprometer seriamente la salud de los que continúen utilizando el área afectada. Podemos ser parte de tu bienestar y la de los tuyos, así que te devolveremos tus instalaciones libres de todo riesgo.

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